lunes, 17 de noviembre de 2008

Escuchando: Nada

Me siento: No lo sé con seguridad

Si es que lo que tenía que pasar, pasó. Fueron días mezclados de risas, vergüenza y miradas por encima del hombro por si algunos inquisitivos ojos se fijaban en mi nuca. Noches de sexo sin sentido ni sentimientos.

El jueves pasado por la tarde me enteré por una compañera que la chica que había estado trabajando con nosotros había roto con su novio (es decir, con el que me acostaba) por que éste le ponía los cuernos constantemente. Esta compañera había mantenido la amistad con ella y, por suerte para mí, la identidad de la causante de parte de la cornamenta no afloró por ningún lado, aunque sí había una descripción de ella, la cual no concuerda muy bien conmigo. Quizás me la estaba pegando a mí también. Buf.

Sí, habéis leído bien, me acostaba, por que ese mismo jueves por la mañana me armé de valor y rompí con él, eso sí, cara a cara. Me sentí aliviada de haber acabado con esa relación que empezó mal. El ni se inmutó y me dio la sensación que yo no era mas que otra colilla que echaba al suelo, entre otras tantas, y que antes fue otro cigarro en su cajetilla.

Ahora podré volver a llenar con normalidad mis cajones con mis braguitas por que de cada vez que lo hacíamos ese desgraciado o me las rompía arrancándoles o se las quedaba. Ya me he recorrido todas las mercerías de la ciudad y no es que se quedara con la ropa interior mas barata que tenía, no, para nada.

Es hora de mirar de nuevo hacia delante.

viernes, 14 de noviembre de 2008