lunes, 7 de julio de 2008

Anónimous (Primera parte)

Escuchando: “Young Folks” de Peter Bjorn and John

Me siento: sin ganas de trabajar.

Es hora de cumplir con lo prometido a Juan. Espero que te guste tu regalo, jajaja:

Aún no sé como pude quedarme tirada en aquel perdido asteroide a la deriva en el espacio infinito. Sinceramente aún no sé como pude ser engañada de esa forma, pero eso es otra historia y mejor que me dedique a contar cómo salí de allí.

Muy cansada y sola fui recorriendo aquella masa rocosa a la espera de encontrar a alguien, aunque mis esperanzas eran bien escasas. Estaba fuera de las rutas comerciales y ni siquiera sabía el número de asteroide en el que acabé con mis huesos, pero, para mi sorpresa, tras una colina, vi un destello y corrí hacia allí. Sí, allí había un carguero espacial y su piloto haciendo unas reparaciones en una aleta de popa. ¡Mi salvación!

-¡Hola! –grité inocentemente para llamar su atención.

-Hola –respondió el desconocido bajando a tierra-. Pensaba que este asteroide estaba deshabitado.

-Y lo está. Me han dejado tirada aquí y es toda una suerte haber encontrado a alguien. ¿Podrías llevarme de vuelta a algún planeta poblado? ¿A la Tierra, tal vez? –sonreí y, necesitando convencer a ese piloto, me pasé la mano cerca de mi seno derecho.

-Pues… curiosamente me dirijo a la Tierra con un cargamento de metal de aleación… Vale, te llevo. Por cierto, me llamo Anónimous.

-¿Eres una especie de capitán Nemo? –la pregunta creo que era la acertada para seguir con el juego que se traía el amigo.

-Jajaja, aún no me has dicho tu nombre…

-Me llamo Barbarella y soy agente especial de las Fuerzas del Orden galáctico –eso no le asustó nada.

Terminó de reparar la aleta y me dijo que me sentara a su derecha en la cabina de vuelo con los cinturones de seguridad bien ceñidos ya que la nave despegaba de forma muy brusca.

-¿Qué piensas ofrecerme por llevarte? –me preguntó cuando ya estábamos en el espacio exterior y tras varios minutos de silencio.

-Uhmm, no sé, ¿qué quieres tu?

-Hacer el amor.

-¿Qué?

-Me has oído bien.

-¿Así de simple?

-¿Mi petición te parece simple?

-Bueno… Pues sí, la verdad, me esperaba que fuera algo mas… ¿Lo hacemos con pastilla o…?

-A mi no me va el sistema terráqueo.

-Bueno… Vale, vamos a ello.

Me desabroché el cinturón y me dejé llevar por la ingravidez mientras me quitaba las piezas de mi traje blanco quedándome completamente desnuda. Anónimous ni se había movido pero su miembro ya estaba al descubierto. Iba a sentarme encima y dándole la espalda, mientras pilotaba la nave o la dejaba al mando del ordenador de a bordo, me daba igual, aunque poco iba a pilotar con sus manos amasando mis pechos.

-Proceso de acoplamiento en marcha –le guiñé un ojo antes de girar la cabeza hacia el espacio infinito, mientras apoyaba las manos en el techo para que él fuera entrando lentamente en mí, muy lentamente. Sentí su carne dentro de mí, suave, cubriéndose de mis fluidos.

De repente una señal de alarma inundó la cabina.

La foto esta la pongo por si necesitas ayuda para situarte en el relato, Juan, jajaja.


3 comentarios:

Juan dijo...

Muchas gracias, hoy no puedo quedarme pero mañana me estiro un poco más.

Besos ardientes!!

Juan dijo...

Así que con ilustración y todo. Mejor ilustrado que contigo no va a poder ser, no crees? A ver cuando me concedes ese sueño ;)

La verdad es que te tengo unas ganas a ti y a laurapausini que no te puedes imaginar. Solo de pensarlo ya se me pone dura. Imagínate cuando este a vuestro lado...

Piénsalo y lo que te pase por la cabeza me lo dices. Lee el comentario en mi 2ª parte de Anónimous y manda respuesta de tus pensamientos. Gracias por estar ahí a las 2.

Me despido de las dos jugando con mi lengua en vuestros rincones más ardientes de vuestro cuerpo.

Nohemí dijo...

A Juan:

Lo nuestro no sería, en tal caso, una simple ilustración, sino una práctica, ¿no crees?

Creo que soy perjudicial para tu salud. Jajajaja.

Besitos