lunes, 21 de julio de 2008

Anónimous (Tercera parte)

Escuchando: “Milenio 3”

Me siento: aburridilla

Flotando y flotando. Era como estar perdida en el tiempo y en el espacio muy relajada. Era como perder todas las preocupaciones del mundo, bueno no todas, por que hacía todo lo posible para que el “amigito” de Anónimous no se durmiera. Lo besaba, lo tocaba, lo acariciaba, pero aún sentía aquella extraña incomodidad que sufren los hombres en el capullo tras eyacular. Quería volver a tenerlo dentro y, para qué negarlo, me afanaba por que lo tuviera mas tieso que flácido.

Sabía que no iba a tardar mucho cuando volvieron a saltar las alarmas y Anónimous tuvo que volver a preocuparse de su nave en vez de mí. Pero en esta ocasión la cosa era mas seria ya que se puso a los mandos.

-Barbarella, siéntate y abróchate, tenemos que tomar tierra en el primer planeta que encontremos –me dijo bastante apesadumbrado-. Aunque primero tendremos que llegar.

Por suerte teníamos uno habitable no muy lejos y con cambiar ligeramente la trayectoria lo tuvimos delante de nuestros ojos. Era una hermosa bola de cristal verde bañada por un casi dormido sol, cubierta de vida y con escasos puntos de tecnología a lo largo de su superficie.

-Espero encontrar aquí a alguien que me ayude con la dichosa aleta y regresar de una vez a la Tierra salvando la nave –el rostro de Anónimous se ensombreció ante la posibilidad de perder su transporte.

Me limité a hacerle una mueca de resignación con la boca.

Si el despegue en el asteroide fue brusco, el aterrizaje en aquel planeta iba a ser de todo menos tranquilo y cuando puse pie en tierra estuve tentada de arrodillarme y de besar el barro. ¡Cómo se movía todo y encima Anónimous parecía pasárselo en grande!

Aterrizó en un claro rodeado de altísimos árboles de un tipo que nunca había visto. Eran muy familiares, pero no tenían nada que ver con los de la Tierra porque, además de hojas verdes, algunas eran de color azul. Supuestamente estábamos cerca de un núcleo tecnológico pero era como si estuviera deshabitado por que casi no se oía nada salvo el triste gorjeo de algún pájaro perdido, y esto era algo que me puso muy nerviosa y saqué mi revolver. Anónimous estaba mas tranquilo pero eso no fue obstáculo para que portara un largo fusil negro.

Juntos nos internamos en la verdiazul selva en busca de la señal tecnológica rastreada. En un principio, con delicadeza, luego, con desesperación, fui apartando la abundante vegetación colgante que se cruzaba con mi camino y, sin darme cuenta, perdí de vista a Anónimous. Curiosamente no me puse nerviosa, sino que seguí avanzando hacia delante hasta que encontré algo que me hizo detenerme. Llegué a un pequeño claro que parecía una media luna y, en el extremo opuesto, había una formación metálica. Me acerqué muy despacio y me di cuenta que era una especie de espejo ya que me veía reflejada en él, pero no era yo exactamente. Era mi figura, mi rostro, pero mi traje blanco se reflejaba en negro y mis movimientos me eran devueltos casi un segundo después, como si ese reflejo me imitara con cierta lentitud.

No es nada nuevo que me sienta atraída por mi cuerpo reflejado en un espejo. Son incalculables las noches en las que me he tocado viéndome al otro lado de una superficie de esas.

Me acerqué tanto que pude notar el frío que emanaba aquel artefacto y la mirada de hielo de aquel reflejo extraño de mi ser.

De repente, unas manos brotaron del espejo y se lanzaron a mi cuello. Mientras luchaba por librarme de aquellas tenazas que intentaban estrangularme, mi “otro” cuerpo salió de allí para mostrarse como mi lado negro.

3 comentarios:

Juan dijo...

Menuda manera de acabar esa rica mamada, con lo que me encantan!! Y para más I.N.R.I. te separas de mi y tu lado oscuro quiere acabar contigo.

No te puedo dejar sola, mi querida barbarela que te me lias con lo primero que te encuentras.

Te he añorado mucho, los días sin vosotras son diferentes. Que sabes de laurapausini?? Está mejor?? Desde aquí le mando un beso enorme y lo que ella quiera, repito, lo que ella quiera, para que se recupere lo antes posible.
Y para ti Nohemí tú ya sabes... cuando quieras quedamos y te lo digo en persona ( mejor te lo hago) para dejar constancia.

Besos húmedos en vuestros labios ardientes.

Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nohemí dijo...

A Juan:

Todavía estoy pensando en cómo continuar, nene. Aunque ya tengo una idea que igual sirve.

Besitos

PD: No sé nada de laura.