jueves, 26 de junio de 2008

En Viron I (Octava parte)

Escuchando: “Mr. Spaceman” de The Byrds

Me siento: agobiada

No sé cómo pudo pasarme desapercibido el silencio de Alfred hasta ese mismo momento. Se le había acabado la energía y por eso hacía ya unas cuantas horas que no me decía nada, ni siquiera para decirme que le recargara y es que, sin duda, aún estaba “triste” por lo que le había pasado a nuestra nave en los desiertos de la superficie de Viron I. Con el beneplácito de Jurgeni enchufé el cristal de Alfred a una fuente de energía y, con voz somnolienta, volvió a la vida para echarme la bronca:

-Vaya la que has armado, Barbarella, las computadoras de este extraño lugar no hablan de otra cosa.

-Sí, ya, ¿no tienes nada nuevo qué contarme?

Eso le volvió a dejarlo mudo.

-Jurgeni, tu me ayudarás a encontrarme de nuevo con los “extraños”. Sé que sabes por dónde pueden estar gracias a tu telescopio.

-Pppero, si nos capturan…

-Barbarella –abrió de nuevo la “boca” Alfred-, ya escapaste una vez de ellos y por los pelos. Sé que tienes que recuperar el control de la situación como dice el informe residual que acaba de remitir el Presidente a todos los cristales informáticos de la Sede, pero ¿por qué te iban a ayudar? Cuando te vean, te van a destrozar.

-Eso ya lo veremos –cada vez tenía menos esperanzas en mis planes, pero con ese par a mi lado ya no albergaba ninguna a mi favor.

Provistos de unos cascos espaciales muy viejos, salimos al exterior. Jurgeni estaba demasiado dócil, pero igual creía que no le quedaba otra que aguantarse por el momento y ayudarme ya que su cuello también estaba en peligro.

-Dime una cosa, en Viron I hay muchas mujeres y muy pocos hombres, o eso es la impresión que me ha dado.

-No te equivocas, Barbarella, ahí abajo los hombres somos muy escasos debido a las guerras, por eso tenemos un día para… para eso con las fértiles.

Con dicha revelación mi plan adquiría un nuevo elemento de interés.

Tal y como la dejé permanecía mi vr-monotracer sobre esa extraña arena. Nadie había osado tocarla ya el asqueroso ruido del Sistema lo inundaba todo. Me seguía afectando, pero no tanto como a los “extraños”. Habilité el asiento de pasajero de mi moto y Jurgeni se montó detrás de mí, agarrándose a mi cuerpo muy nervioso.

-Para ya, que me haces cosquillas –le ordené con muy mala cara mientras ponía en marcha los controles de la vr.

El sol ya estaba bastante alto cuando, siguiendo las coordenadas que me facilitó Jurgeni, alcanzamos una extraña colina donde había una edificación que bien podría pasar por otra de las cientos de naves de guerra estrelladas sobre la superficie de aquel planeta. Nos desmontamos de la vr y penetramos en el interior húmedo. Una vez mas, Jurgeni muy dócil procedió a desactivar una serie de circuitos y supe que había desconectado el Sistema y lo confirmé cuando aparecieron los “extraños” en el horizonte.

Cuando se dispersó la nube de polvo que habían creado con sus extravagantes vehículos tras habernos rodeado, me vieron todos muy bien de pie sobre un saliente de piedra con mi arma en la mano y medio desnuda, pero sin enseñar nada. No se atrevieron a hacer nada por el doloroso recuerdo que les dejé en la última ocasión que me topé con ellos, sin embargo, aún me consideraban su diosa:

-Oh, diosa, ¿has sido tú quien ha acabado con ese infernal ruido que nos taladraba el cráneo cada vez que nos acercábamos al Cráter misterioso? –Garal se adelantó entre sus hombres.

Adopté una pose aún mas forzada de poder.

-Sí, y os vengo a ofrecer venganza y la posibilidad de perpetuaros como hombres libres con mis doncellas que se encuentras atrapadas en el interior de este planeta –eso último les animó bastante-, pero tenéis que ayudarme, ya que hay en el trono de Viron I un usurpador. Sí, habéis entendido bien, este no es un planeta muerto y habéis vagado años y años pensando que erais los únicos. No, no lo sois y mis doncellas os esperan para llevaros al cielo.

No consideré mi discurso muy digno de mención en la Historia de la Galaxia, ni tampoco os lo voy a relatar, pero todos se fueron conmigo al interior de Viron I. Entramos todos por el mismo lugar en el que lo hice yo hace no tanto y se sorprendieron de no tener que usar sus cascos espaciales. Sus armas antiguas estabas prestas para crear el caos.

-Os lo recuerdo, nada de hacer el amor con mis doncellas ni hacer nada raro, si no, ya sabéis cual es vuestro castigo. Tomar posiciones en el palacio.

La noche artificial de Viron I había caído. Por la red de conductos nos separamos y yo con Jurgeni fuimos al palacio imperial para reencontrarnos con la pérfida Madame Petinent. Tras una rejilla vimos que llegamos a la sala del trono que ya era como el antro en el que conocí a esa traidora y donde no me dejó disfrutar a fondo de su androide de compañía. Ocultos por las sombras, retiramos la rejilla y nos unimos a la peculiar fauna que abarrotaba el lugar y me fui a sentar al lado de una persona que me sonaba mucho a pesar de que ahora era morena. Era Yicam, la chica raycoriana que por la noche, como las demás de su planeta, cambiaba de color de pelo. Estaba muy asustada:

-Ayúdame a salir de este infierno, Barbarella –me musitó antes de besarme temblorosamente en los labios.

Continuará.

2 comentarios:

Juan dijo...

Buenos días!!

Veo que has bajado de Viron I para hacernos deleitar con tus historias. A ver como te las apañas esta vez para que Garal y sus hombres se centren en el plan y no en las mujeres. Cada vez se va liando más. Y la pobre Yicam? Ella seguramente lo que quiere es tocarte de arriba abajo y mira en que "sarao" está metida por desearte.
De Jurgeni ya no digo nada porque lo de él ya no tiene palabras para describirlo. Al final me da a mi que se va a quedar como al principio (con las ganas).
Por donde vas Barbarela está claro que no pasas desapercibida. ;)

Oye, porque andas agobiada? Si se puede saber. Sabes algo de laurapausini, lleva un par de días "missing".

Lauraaaaaaa... por dónde andas? Regresa a nuestra vera, que donde sino vas a estar mejor.

Oye nohemí dile a barbarela que se pase por los vestuarios de rusia esta tarde para armar algunas de las suyas a ver si le echa una mano a españa. :D

No vemos mis musas. Me despido con un beso muy fogoso, una mirada ardiente de deseo mientras os desvisto con mi mente para disfrutar de vueestros cuerpos cálidos y húmedos y una erección tremenda.

Nohemí dijo...

A Juan:

Mantener a raya a Garal y compañía va a ser costoso y difícil.

Agobiada por el calor.

Siempre envergado??? NO tienes remedio

Besitos